Centifolia 2011Centifolia 2011, Centifolia 2011, el Congreso Internacional de Cosmética y Perfumería, que se celebró en Grasse del 19 al 21 de octubre de 2011, era abierto a todos los actores de la industria de la belleza (Ejecutivos, Directores de Sourcing, I + D, Comunicación, Productores…).

Cualquier producto lleva y transmite una visión del mundo, la que está inscrita en su gen y su producción. Comprar un producto (ingrediente, servicio, producto terminado …), es suscribirse a esta visión. Comprar es votar. Hoy en día, los medios sociales combinados con la movilidad pueden celebrar o destruir un producto y su marca, a veces en pocos días. Los mercados se están volviendo conscientes.

Así va la lógica del Congreso Centifolia 2011. Un buen programa, con los siguientes exponentes de primera clase: Claudie Ravel, directora y fundadora de Guayapi Tropical; Gauthier Chapelle, cofundador de Biomimicry Europa; Xavier Ormancey, Yves Rocher; Guillaume Flavigny, Givaudan; Francis Kurkdjian, parfumero; Ngub Nding, director de Ephyla 3, especialista en medicamentos tradicionales; Marie-Laure Simonin Brau, Dessange Internacional; Jean-François Noubel y Fernanda Ibarra del Instituto de Investigación de Inteligencia Colectiva (organizadores); Algunos otros; e yo, fundador de Transition y Cooperación.

Varios de los oradores mencionaron los conocimientos indígenas y locales sobre la biodiversidad. Me concentre en este asunto bajo dos ángulos: derecho internacional y negocios.

El Convenio sobre la Diversidad Biológica (1993) ofrece un marco, adoptado por muchos países, para contratos comerciales entre las comunidades indígenas y locales (ILC) y empresas, respetando la autonomía de éstas y su derecho a valorizar sus conocimientos. Sin embargo, los principios del consentimiento previo y de commparte de beneficios son muy generales. Como hemos visto en artículos anteriores, cualquier asociación comercial que involucre a especies locales y conocimientos tradicionales inicia un diálogo entre dos mundos, que son extremadamente diferentes. Por lo tanto, es necesario estudiar la experiencia práctica de las asociaciones entre la ILC y las empresas, con el fin de hacer de ellos aprendizajes y mejores prácticas. Esto es lo que proponemos, poniendo en evidencia los principales temas de esas asociaciones comerciales e incitando a las empresas a mejorar su actuación e innovar en sus modelos de negocio relacionados con el biocomercio.

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