La COP16 Biodiversidad abrirá sus puertas el 21 de octubre de 2024 en Cali, Colombia. Esta 16ª Conferencia de las Partes en el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB) abordará en particular el acceso a los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de ellos. Del 13 al 24 de mayo de 2024, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) celebró en su sede de Ginebra su primera conferencia diplomática sobre recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados. Al término de esta conferencia se adoptó un nuevo tratado sobre la propiedad intelectual relativa a los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales asociados, que entrará en vigor tras 15 ratificaciones.
¿Cuál es la relación entre estas dos instituciones, el CDB, cuya misión es proteger la biodiversidad, y la OMPI, que se ocupa de la propiedad intelectual? Ninguna, incluso cuando sus materias se cruzan, como en el caso de los conocimientos tradicionales. Desde 1992, el CDB especifica en sus artículos 15 (acceso y comparte de beneficios) y 8j (conocimientos tradicionales) que los Estados nacionales y las comunidades indígenas y locales que reconocen tienen soberanía sobre el acceso y la utilización de sus recursos genéticos (que caracterizan la biodiversidad), sin mencionar sin embargo la cuestión central de los derechos de propiedad intelectual, y en particular las patentes sobre estos mismos recursos. En los últimos 30 años, esta omisión ha alimentado la polémica sobre la legitimidad de ciertas patentes, por ejemplo sobre el árbol de neem (Azadirachta indica), un biopesticida natural y tradicional indebidamente patenteado por la empresa Grace, y más recientemente sobre la Quassia amara de la Guayana Francesa por el IRD francés.
El nuevo tratado de la OMPI sólo colma parcialmente esta laguna. Una medida central de este tratado es que para cualquier solicitud de patente, el solicitante debe revelar el país de origen o la fuente de los recursos genéticos, y que cuando se base en conocimientos tradicionales, también debe revelar el pueblo indígena o la comunidad local que proporcionó estos conocimientos (art. 3). Sin embargo, esta obligación no es retroactiva (art. 4). El artículo 6 del nuevo tratado prevé la posibilidad de establecer sistemas de información como el creado por la India. No se mencionan los procedimientos de acceso y comparte de los beneficios establecidos en el CDB y su Protocolo de Nagoya, que ha sido ampliamente adoptado por los Estados signatarios. Pero el nuevo tratado no prevé condiciones de consentimiento libre, previo e informado, ni de acceso o participación en los beneficios en condiciones mutuamente acordadas. En otras palabras, la cuestión de la soberanía y el reparto económico está ausente del foro donde más se esperaba.
Pero, ¿está este tema en la agenda de la COP16, que comienza dentro de 26 días? Está claro que no. En cambio, la cuestión que está ocupando a los negociadores, en lo que respecta al acceso y la distribución de beneficios, es la de los beneficios derivados de la información de secuenciación digital (DSI). Del 12 al 16 de agosto de 2024 se celebró en Montreal la 2ª reunión del Grupo de Trabajo ad hoc sobre distribución de beneficios derivados de la utilización de información de secuenciación digital de recursos genéticos (WGDSI-2). Esta importante cuestión sigue siendo objeto de gran desacuerdo entre los Estados y se debatirá en Cali.
Para nuestros propósitos, mencionemos el siguiente punto de debate:
«Más allá de una visión estatal, cabe destacar que los recursos genéticos y los DSI se encuentran en muchos territorios de comunidades indígenas y locales. Estas comunidades también reclaman su derecho a disfrutar de los beneficios derivados de los DSI que otros extraen de sus tierras. De este modo, se espera que la COP16 determine cómo puede devolverse efectivamente a estas comunidades una parte de los beneficios derivados del uso de los DSI, reconociendo que estas comunidades desempeñan un papel central en la conservación de la naturaleza y sus recursos.» (traducción libre de una porción de este artículo).
Canadá se prepara para «hacer accesibles los datos a las comunidades, adaptar su legislación y hacer más responsable a su sector privado, todo ello en función del texto final que surja de la COP16». Francia, que tiene comunidades indígenas en sus territorios de ultramar, debería prepararse para hacer lo mismo. Y países de Latinoamérica también. Pero primero se debatirá a fondo en Cali el texto final, la mayor parte del cual está entre corchetes, es decir, en discusión. Pero también es probable que otro tema desempeñe un papel importante en los debates: la coherencia y articulación de los instrumentos internacionales que tratan de la utilización y el reparto de beneficios. A menudo se mencionan el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y el Protocolo de Nagoya del CDB, pero también hay que mencionar el nuevo tratado de la OMPI. ¿Podríamos imaginar esta vez unas recomendaciones de los Estados presentes en la COP16 Biodiversidad a la OMPI sobre la aplicación de este tratado, y la adición de disposiciones que hagan referencia a los procedimientos de acceso y participación en los beneficios previstos por el CDB?
Refencias :
- Tratado sobre la Propiedad Intelectual, los Recursos Genéticos y los Conocimientos Tradicionales Asociados
- Mi artículo sobre el tratado de la OMPI por Alternatives Économiques , 2024) (en francés)
- Mi entrevista a France24 sobre Biopirateria.
- Mi libro sobre las alternativas a la Biopiratería, ECLM, 2012 (en francés).
- La págína de la COP16 biodiversidad.